Extracciones


La invención de Morel (1940) de Adolfo Bioy Casares

      La literatura fantástica argentina tiene en éste texto uno de sus mayores exponentes, en donde el personaje principal escapando de la justicia, llega a una isla -aparentemente- desierta. Los movimientos, los sucesos y las personas que empiezan a aparecer en el relato, sumado al misterio y las alucinaciones que le generan al fugitivo, hacen de esta obra única y primordial. Aquí algunas extracciones:

·         “Creo que perdemos la inmortalidad porque la resistencia a la muerte no ha evolucionado; sus perfeccionamientos insisten en la primera idea, rudimentaria: retener vivo todo el cuerpo. Sólo habría que buscar la conservación de lo que interesa a la conciencia.”
·         “No ignoro que para contrarrestar una falla, solamente cuento con mi resignación.”
·         “…los ecos de un suspiro hacen oír suspiros, al lado, lejanos, durante dos o tres minutos. Donde no hay ecos el silencio es tan horrible como ese peso que no deja huir, en los sueños.”
·         “No fue como si no me hubiera oído, como si no me hubiera visto; fue como si los oídos que tenía no sirvieran para oír, como si los ojos no sirvieran para ver.”
·         “Se movió con esa libertad que tenemos cuando estamos solos…”
·         “Por ese cuerpo interminable, por esas piernas demasiado largas, por esa tonta sensualidad, yo exponía la calma, el Universo, los recuerdos, la ansiedad…”
·         “Nuestros hábitos suponen una manera de suceder las cosas, una vaga coherencia del mundo…”
·         “Creerme superior y la convicción de que es más fácil enamorar a una mujer que fabricar cielos me aconsejaron obrar espontáneamente.”
·         “Acostumbrado a ver una vida que se repite, encuentro la mía irreparablemente casual. Los propósitos de enmienda son vanos: yo no tengo próxima vez, cada momento es único, distinto, y muchos se pierden en los descuidos.”
·         “Es ya costumbre de mis teorías más lúcidas deshacerse al día siguiente, quedar como pruebas de una combinación asombrosa de ineptitud y entusiasmo (o desesperación).”


La Sociedad de la nieve (2008) de Pablo Vierci

Este libro cuenta la experiencia de cada uno de los 16 sobrevivientes del accidente de los Andes por medio del autor Pablo Vierci, amigo y compañero de colegio de muchos de los jugadores que emprendieron aquel viaje desde Uruguay hacia Chile. En 1972 un avión que llevaba a un joven equipo de rugbiers -junto a familiares y amigos (45 personas en total, con la tripulación incluída)-, cae en la cordillera de los Andes y desde ahi comienza una historia increible y trágica, que los propios sobrevivientes relatan a más de 30 años del suceso. El accidente, la desolación, saber que dejaron de buscarlos, la falta de alimento, las ganas de morir y vivir, la amistad y la búsqueda de una escapatoria son algunos de los puntos de inflexión de este libro. Aquí algunas extracciones:

  • Los propios sobrevivientes narraron que se habían alimentado con los cuerpos de sus amigos muertos. Parecía que, salvo ellos, que conocían el contexto, nadie estaba preparado para enfrentar y comprender semejante peripecia”.
  • Los sobrevivientes -29 tras el accidente, 27 al día siguiente, 19 después del alud y 16 definitivos- tuvieron que formar una comunidad regida por la incertidumbre y el espanto. Una experiencia extrema donde en una disputa contra la adversidad, que de continuo les tendía emboscadas y los ponía a prueba en su capacidad de sufrir dolor, frustación y humillaciones, regresaron al fondo de los tiempos, a estadios anteriores a toda civilización conocida, para comenzar del principio y aprender todo de nuevo...”
  • Treinta y seis años después, en el momento en que sus propios hijos tienen la misma edad que ellos tenían en la cordillera (...) los mismos 16 sobrevivientes desean contar a sus hijos lo que ocurrió. Un relato que abarque todas las miradas, que es la única forma, cree, de llegar al fondo de la historia (...) Para ello nos invitan a subir a bordo del F571 y dejarnos llevar en un vuelo a ciegas, sin destino prefijado, donde lo único seguro es que una de las escalas pasará por el infierno, y la travesía nos llevará, a cada uno, a una cordillera diferente.”.
  • De un segundo a otro se estrellará contra la montaña y conocerá lo que se esconde del otro lado de la vida”.
  • En la sociedad de la nieve los códigos eran completamente diferentes a la sociedad de los vivos, donde lo que se apreciaba no era algo material, sino intangibles como ser todos iguales, pensar en el grupo, ser fraternos, prodigar afectos o abrigar ilusiones. Por eso lo que mas quiero en la vida es rescatar esa sociedad de la montaña, ese experimento de comportamiento humano único que funcionó en base a los cinco conceptos mas sencillos que puedo imaginar: equipo, persistencia, afectos, inteligencia y, sobre todo, esperanzas.” (Roberto Canessa)
  • Todo estaba tan trastocado, que lo racional se cruzaba con lo imposible y a la realidad la superó la utopía.” (Roberto Canessa)
  • Dar ese paso fue gigantesco, aunque sólo tuvimos que caminar unos pocos metros para llegar a la parte trasera del fuselaje partido, porque sus cosecuencias serían irreversibles, nunca más seríamos los mismos. Un paso dificil de comprender en todas sus dimensiones. Empezando por el hecho de abrir la ropa que uno muchas veces reconocía y hacer un corte imposible en la carne congelada. Un salto al vacío. Fue una tragedia mayor que el choque del avión, porque cuando el avión se estrelló, fue una agresión externa, pero cortar los cuerpos fue nuestra iniciativa.” (Roberto Canessa)
  • Los que nos observaban desde el fuselaje compartían con nosotros esa profunda tristeza. Todos experimentamos ese momento de degradación, comerte a la muerte. Y por eso todos nos morimos un poco ese día.” (Roberto Canessa)
  • Enterrados en vida aprendimos a esperar.” (Roberto Canessa)
  • Llegamos caminando a Los Maitenes como fantasmas, y la sociedad fugaz y desorientada que no nos estaba esperando, nos recibe con voracidad porque veníamos de la muerte. Ésa era su única motivación y su gran curiosidad. Vienen a preguntarse cómo hicimos para sobrevivir, y se van con una respuesta tan simple que les sorprende: nunca perdimos el proyecto de escapar, siempre creímos con todas nuestras fuerzas que algo extraorinario era posible. Mas que anclarnos en los recuerdos, huimos hacia adelante.” (Roberto Canessa)
  • En esos días en el avión no se hablaba, las mentes se evadían y aquella alegría de todas las mañanas de experimentar que continuaba respirando languidecía hora a hora. Uno se miraba en los demás y el otro funcionaba como un espejo. Nos veíamos los ojos hundidos, la expresión abatida, y en lo más profundo del iris podía leerse el final.” (Coche Inciarte)
  • Había aprendido en esos últimos días de moribundo que la vida había que merecerla, no se recibía de regalo, y para merecerla había que entregar algo, fundamentalmente afecto, y vaya si lo habíamos entregado a los amigos vivos y muertos en todos esos días.” (Coche Inciarte)
  • En esa madrugada abrí los ojos y vi los resplandores del amanecer helado. Daniel fernández ya no estaba a mi lado, porque, como hacía todas esas mañanas, salía en la oscuridad, poco antes del alba, congelándose, cubriéndose de escarcha, para escuchar esa radio diminuta e inverosímil que nos conectaba con un mundo en el que nadie creía, a pesar de que estábamos atentos a lo que decía (...) Cierro los ojos para dejar de ver ese escenario fúnebre del fuselaje, donde tantos habían pasado de un estado al otro, pero cuando vuelvo a abrir los párpados surge Daniel Fernández en el borde del avión, con una expresión en el rostro completamente diferente a la que veíamos todos los días, al punto que parecía otra persona, los ojos le brillaban, como si hubiera rejuvenecido diez, veinte años. Daniel estaba asomado al avión, con el cuerpo más abajo, agarrado de los bordes, cuando se pone a gritar como descosido: '¡Aparecieron Nando y Roberto! ¡Llegaron!'. La puta. Boquiabiertos nos miramos entre todos.” (Coche Inciarte)
  • Luego llegó un médico para atenderme el pie, y en medio de la conversación, mientras yo no cesaba de expresarle lo deslumbrante que me resultaba ese lugar, como al descuido me preguntó, mientras me curaba, qué fue lo último que había comido, la pregunta clásica de los médicos, como si yo hubiera ido a la consulta con hora marcada, en una clínica de Montevideo. Le respondí con la mayor naturalidad: “Carne humana”. El siguió curándome el pie como si nada (...) más tarde me enteré de que después de haberme escuchado, no supo más lo que estaba haciendo, le fue imposible concentrarse, simplemente movía las manos con el desinfectante para un lado y para el otro, pero su cerebro estaba volando lejos de aquella habitación y de aquel esqueleto barbudo...” (Coche Inciarte)
  • En una libretita apunté todo lo que quería hacer si salía vivo. Le pedía a Dios que me enseñara a llenar ese hueco inmenso que se nos había abierto, un hueco metafísico que no puede llenarse con banalidades ni con conquistas materiales. Allá arriba, en la miseria más absoluta, hallé la respuesta, encontré cómo llenarlo, y anotaba lo que iba a hacer si sobrevivía, cómo iba a llenar ese hueco sin caer en las tentaciones fáciles y fútiles de la sociedad convencional. En estos años que me tocó vivir, creo que he cumplido con algunos de los deberes con los que me comprometí, lo que tengo escrito en esa libretita que guardo siempre a mi lado, porque me impide, hasta hoy, que pierda el rumbo. Es la brújula abollada que teníamos en la montaña.” (Coche Inciarte)
  • El corazón de mi novia se había enloquecido. ¿Dónde estaba aquella certeza que había tenido hasta entonces?, ¿ahora, en el momento definitivo, la ponía en duda? (...) Se le nubla la visión por las lágrimas y se ahoga por los sollozos abrazada a su madre porque se dio cuenta de que siempre había tenido razón, que yo estaba en la lista, que no había que dudar (...) No era una lista cualquiera. Era la lista de la vida y la muerte.” (Daniel Fernández)
  • Desciendo del avión y entro al aeropuerto con toda esa muchedumbre desconocida mirándome, y me enfrento al pequeño mostrador de inmigración, donde un funcionario me miraba con el mismo espanto que los demás, como si viniera de ultratumba, hasta que al fin atinó a pedirme los documentos, como debía hacer con todos los viajeros. Pero yo no tenía documentos, no tenía nada, salvo la ropa que llevaba puesta, que me la habían regalado en el hospital de San Fernando. '¿Qué me está pidiendo?' le pregunto, sin comprenderlo. 'Yo vengo de un avión que chocó en las montañas'. 'Necesito su cédula de identidad', me repitió, como con vergüenza, 'o su pasaporte', añadió con voz cohibida, y los dos nos mirábamos incrédulos, porque lo que estaba sucediendo no estaba previsto, nunca había ocurrido antes ni nunca nadie se imaginó que ocurriría: que llegara un muerto caminando, y que además viajara sin documentos.”(Daniel Fernández)
  • Y yo veía que se sumaban funcionarios buscando una salida para ese muchacho tan flaco que venía de un viaje muy largo y extraño pero que no cumplía con las formalidades porque no tenía lo que acreditaba su pertenencia a la sociedad de los vivos. Mi familia me observaba perpleja, detrás de unas puertas vidriadas, mientras yo les sonreía, sentado en un banquito. Al fin me dejaron salir, no porque estuvieran convencidos sino porque no sabían qué hacer conmigo, aunque creo en verdad que no sabían qué hacer con ellos mismos.” (Daniel Fernández)
  • El griterío era ensordecedor, porque no sólo gritaban los heridos, sino que también lo hacían los que apenas tenían un rasguño, por el susto, e incluso los que habían salido ilesos, por el pánico a lo desconocido, llamando a sus madres, porque no terminaban de despertar del desvarío.”
  • Muchos permanecían de pie, porque no había lugar donde sentarse ni donde acurrucarse. Si se sentaban, posiblemente lo harían arriba de otro, que aullaría de dolor porque estaba herido. Eran veintinueve personas conmocionadas en dieciocho metros cuadrados abollados.”
  • Es como tener tres vidas, antes de los Andes, con los vínculos y las relaciones que se daban en ese entonces; la intensa transición en la cordillera, y la posterior, que conserva un cordón sutil que la une eternamente con la historia inconclusa de la montaña.”(Adolfo Strauch)
  • Después aprendés otro elemento crucial en esta peculiar fórmula de supervivencia: administrar la energía. Aprendés a hacer un extraño balance entre la generosidad y el egoísmo. Al principio cada uno daba lo máximo y no se reservaba nada para sí, pero con el tiempo te dabas cuenta que había una línea delgada que no podías rebasar. Si atravesabas la raya te morías (...) Y aprendí la lección, que es una paradoja. En ese mundo de ternura, empecé a ser un poco más egoísta. Empecé a hacer ese balance entre dar y preservarte.” (Moncho Sabella)
  • En la sociedad civilizada no hay, en ninguna escuela, en ninguna facultad, una materia que te enseñe cómo vivir para morir bien. ¿Alguien está preparado para morirse?(Moncho Sabella)
  • ...resulta dificil asimilar cuando a uno le hablan de hazaña y heroísmo. ¿Quiénes son los héroes? Yo me pregunto, ¿qué héroes? ¿De qué me hablan? Ésta fue una historia de desgraciados, y en ese marco no había espacio para héroes ni lucimiento.” (Moncho Sabella)
  • ...en todo caso los héroes fueron los heridos que después se murieron, porque no se me ocurre un acto más loable que en lugar de lamentarse y pedir compasión, cuando sabían que no tenían oportunidades de salir, nos daban ánimo a nosotros, los que podíamos caminar.” (Moncho Sabella)
  • Muchas veces pensabas: y si se mueren todos y soy el último, ¿qué hago? Ese pensamiento me enloquecía, porque el último moriría sin afectos, desprotegido, desamparado. Si eras el último, ¿con quién te tomabas de las manos?” (Moncho Sabella)
  • Creo que pasar de la sociedad de la nieve a la civilizada requería un ingreso lento, paulatino, donde lo que iba adaptándose eran las emociones, reacomodando los recuerdos. Eso fue lo que no pude o no supe hacer.” (Álvaro Mangino)
  • Lo primero que aprendimos en la montaña es a decir la verdad: cuando nos rescataron, nos pidieron que negáramos que habíamos comido los cuerpos muertos. Nosotros éramos jovencitos y se arrimó gente prestigiosa, con mucho peso, que sus razones tendría, y nos dijo: 'Escóndanlo'. Pero ¿por qué? Si lo que había aflorado allá arriba fue el respeto a la vida, el respeto a la muerte, si lo que afloró en ese infierno fue el afecto, el único antídoto que conseguía disolver parte de ese dolor, ¿cómo íbamos a bajar a la vida y lo primero que diríamos sería una mentira?” (Gustavo Zerbino)
  • Fuimos un grupo humano singular, porque públicamente, frente a las familias de los muertos, dijimos que para sobrevivir nos comimos a nuestros amigos. Eso es tan fuerte para una sociedad que vive en el autoengaño, en la hipocresía, en lo 'politicamente correcto', que la sacudió hasta los cimientos y en todos dejó secuelas. Algunos sintieron que debían doblar el cuello, avergonzados. Pero lo más conmovedor es que, a pesar de todo, muchas de esas familias nos abrazaron, nos cobijaron, nos protegieron de los que se escandalizaban y nos deseaban el mal. Entonces algo pasó, algo se rompió. Algo permitió que se puedan compartir cosas tan fuertes, que se pueda superar el miedo, los prejuicios, contando la verdad.”(Gustavo Zerbino)
  • Si vamos a contar este suceso, hagámoslo como hombres. A mi me dolería mucho que, si esta historia perdura, no se conservaran los nombres de los que no volvieron (...) ¿Quiénes eran o quiénes fueron? Lo que más deseo es que siempre que se cuente la historia de los Andes por lo menos se puedan leer sus nombres, porque un nombre es un recuerdo, y un recuerdo es una vida que perdura para la eternidad.”(Tintín Vizintín)
  • Comencé a constatar, a un grado que jamás imaginaba, que el ser humano puede adaptarse a todo, si lo hace poco a poco, día a día, y fundamentalmente, creo yo, si nunca conoce el final.”(Pancho Delgado)
  • Cuando alguien piensa en los Andes y dice 'setenta y un días' o 'setenta y dos días', en el caso de los que fueron rescatados un día después, yo siempre agrego, 'no fueron setenta y dos días, fueron setenta y dos noches'. Porque las noches eran mucho peores que los días. Las noches eran el miedo, la oscuridad, pero eran también los recuerdos, la percepción de que la vida se desviaba y se truncaba en un estallido. El frío quemaba, el viento se te clavaba como un cuchillo, y el único calor que aliviaba es el aliento del chico que tenías a tu lado, a quien le pedías que te respire encima. Si el infierno existe no es con fuego: es con hielo y en penumbras.”(Nando Parrado)
  • Con el tiempo la montaña se convirtió en una parte de mi vida, afectó mi carácter, mi destino, y debo aceptar que será así para siempre. Y cuando lo aceptas, y dejas de lamentarte, o de intentar imaginar cómo hubiera sido tu vida sin el accidente, puedes continuar tu camino.”(Nando Parrado)
  • ...cuando me asomé a la cima de la montaña más alta, en la expedición final, y vi lo que había del otro lado, me asusté tanto que me olvidé de respirar, no podía concebir un pensamiento, no conseguía mover un músculo. Esperaba ver verde, árboles a lo lejos, humo saliendo de una chimenea, luces distantes, pero apenas veía montañas y montañas, trescientos senta grados de montañas nevadas alrededor (...) sentí que estabamos definitivamente liquidados.” (Nando Parrado)
  • Increíblemente creo que he vivido toda mi vida de acuerdo a ese momento, cuando tomé la decisión más difícil de todas las que tuve que tomar hasta hoy, cómo me iba a morir, y, fundamentalmente, con quién me iba a morir (...) Cualquier otra decisión en mi vida comparada con ésa ha sido muy fácil.” (Nando Parrado)


¿Quién mató a Rosendo? (1969) de Rodolfo Walsh


Rodolfo Walsh vuelve a levantar la bandera del Nuevo Periodismo investigando y desentrañando los sucesos internos del sindicalismo peronista en las décadas que siguieron a la Revolución Libertadora. El hecho de los asesinatos en la confiteria Real en Avellaneda es el punto en el cual se basa el autor para hacer un recuento de cómo se manejaba la cúpula de la CGT -con Augusto Timoteo Vandor a la cabeza- tanto en épocas democráticas o de dictadura en Argentina. También da cuenta sobre los inicios de la burocracia sindical con relación estrecha con los empresarios; y el pensamiento revolucionario peronista que comenzaba a gestarse en esos años. A continuación algunos párrafos interesantes del libro:

  • “Raimundo se acuerda (...) Cuando el plenario nacional levanto la huelga, volvió a su fábrica (...) resulta que adentro de la fábrica me estaba esperando el principal Plomer. Stuvo allí toda la noche (...) bajaron otros dos con ametralladoras, y el rpeso fui yo. Catorce días incomunicado (...) Diez días en Olmos. Cuando el oficial me dio la libertad, me dijo: 'Espero no verlo más por acá'. Y yo le dije: 'En cada huelga que haya, nos va a encontrar siempre'”.
  • “Adonde nunca pudo volver, fue al sindicato. 'Parece increíble, pero ahí nos persiguieron más que los patrones. Ninguno de los que dirigimos aquella huelga en Avellaneda pudimos volver al sindicato. Se convirtió en una maffia (...) Los dirigentes hacían negocios de chatarra con los patrones, con el argumento del comunismo expulsaban del sindicato y las empresas a los obreros combativos, amasaban fortunas, se rodeaban de matones a sueldo. Entonces sí, oímos hablar de Vandor'.”
  • Raimundo Villaflor en referencia a Domingo 'El Griego' Blajaquis: “Porque él nos sacó todos esos berretines que teníamos, de ser peronistas por el hecho de serlo, y no comprender que el peronismo es un movimiento parecido al de otros pueblos que luchan por su liberación. Él no, él siempre fue un revolucionario, siempre tuvo una concepción del destino de la clase trabajadora. Y él nos explicó las causas por las que estabamos derrotados, el papel del imperialismo, el papel de la oligarquía, y el papel de la burocracia en el peronismo: esos recitadores de los días de fiesta. Aprendimos lo que significaban los movimientos de liberación en el resto del mundo, y porqué nosotros teníamos que desembocar en un movimiento de liberación. Una vez que se abraza la concepción revolucionaria, ya no se la abandona más.”
  • “...hizo la riqueza de pocos y la miseria de tantos.”
  • “Claro, vos me decís así, dice, porque vos todavía nos comprendes lo que es luchar por un ideal. Y tenía razón el Griego. Tenía razón, porque un idealista, la mayoría de las veces, no llega a ver sus aspiraciones concretadas, se muere en la pelea y no tiene nada. Y esas son cosas muy grandes para los hombres.”
  • “...había querido salvarse solo, y no hay salvación individual, sino del conjunto.”
  • En algún momento le pareció que comprendía la esencia del poder: ese punto de equilibrio en que nadie hace su voluntad, pero el más hábil opera con la voluntad ajena.”
  • “Diez años de paciencia, de tejer y destejer alianzas, de empollar en el campo adversario, de convertir derrotas de los suyos en victorias para sí. 'El má s hábil negociador sindical'; 'Un sindicalista de ideas populares que sabe trabajar con la derecha y frecuentar la embajada de los estados Unidos': son algunas entre los centenares de frases acuñadas por un periodismo que lo convierte en vedette, en mito (...) 'Todo confluye en Vandor'. El sistema lo ha aceptado plenamente...”
  • “Ahora su enemigo se llama Perón (...) Quizá el choque venga de antes, del fracaso de la Operación Retorno, un buzón que el vandorismo le ha vendido al general (...) lo que está en juego es todo el aparato partidario.”
  • “...con esa humildad de todos los humildes, que les parece que siempre piden mucho...”
  • Escribe raimundo Villaflor: “Y es cierto, nunca tuvo nada, ni llegó a nada en el sentido que los burgueses dan a ese concepto. Porque un auténtico revolucionario, no llega a nada hasta que destroza  el régimen corrompido y parasitario que nos explota e instaura una nueva sociedad (...) tuvo también claridad para comprender con mucha anticipación como la burocracia se transformaba en dique de contención de las masas...Ese era Domingo Blajaquis, nuestro griego, la muerte lo sorprendió trabajando por el pueblo trabajador (...) tratando de quebrar ese cerco de hielo e insensibilidad de la burocracia traidora. No murió peleando, murió asesinado a mansalva. Pero no es un mártir, es un héroe. Fue un militante más del ejército invencible del pueblo trabajador, fue un auténtico revolucionario.”
  • “El acuerdo de 1959 fue presentado a las bases metalúrgicas como un triunfo. La derrota estaba en sus cláusulas no escritas, la alianza de hecho entre empresas y dirigentes. La industria (...) debía seguir un curso monopolista: concentración de empresas, liquidación de talleres chicos, aumento de la productividad, ganancias rápidas. El vandorismo accedió a todo esto y las consecuencias resultaron graves no sólo para los trabajadores.”
  • “Para los trabajadores, el cierre de una pequeña fábrica es un desastre: se bajan las persianas y a cantarle a Gardel. No hay preaviso, no hay despido, no hay indemnización (...) En las grandes empresas, en cambio el despido es selectivo. Se echa a los más combatientes, previamente calificados de 'comunistas' o de peronistas revolucionarios. Se disuelven las comisiones internas, si es necesario se las compra...”
  • “¿Adónde pueden protestar los trabajadores? Al sindicato. Pero allí también fastidian, allí también cuestionan, allí también resultan 'comunistas'. Patrones y dirigentes han descubierto al fin que tienen un enemigo común: esa es la verdadera esencia del acuerdo celebrado por el vandorismo con las federaciones industriales.”
  • “... el gremio se convierte en aparato. Todos sus recursos, económicos y políticos, creados para enfrentar a la patronal, se vuelven contra los trabajadores. La violencia que que se ejercia hacia afuera, ahora se ejerce hacia adentro. Al principio el aparato es la simple patota (...) A medida que las alianzas se perfeccionan, a medida que el vandorismo se expande a todo el campo gremial y disputa la hegemonía política, el aparato es todo: se confunde con el régimen, es la CGT y la federación patronal, los jefes de policía y el secretario de Trabajo, los jueces cómplices y el periodismo elogioso.”
  • “-Si me saco la camiseta peronista, pierdo el gremio en una semana. Con esta frase resumía Vandor en 1965 una de las claves de su ascenso: era posible negociar en secreto con los empresarios, 'ser un patrón', siempre ques e afirmara en público la lealtad al sentimiento de las clases populares.”
  • “El peronismo por otra parte sigue ligado al recuerdo de tiempos más felices, al mito del regreso que torna discutible en última instancia cualquier jefatura local. Vandor concibe entonces su maniobra más audaz: demostrar que ese regreso es imposible.”
  • “Ya hemos visto cómo se jugó la partida: Vandor gana en la CGT, perón en el partido. El golpe de Onganía desempata a favor del dirigente metalúrgico: ya no hay partidos, ni parlamentos, ni elecciones.”
  • “...la burguesía no tiene nada que temer de Vandor. Lo que él pretende es que las cosas mejoren dentro del Sistema, llegar a un arreglo 'permanente' (...) La comunidad capitalista no aparece cuestionada, la lucha de clases no es reconocida, la 'paz social' debe mantenerse, se quiere ser 'factor de poder' y no tomar el poder.”
  • “...Vandor es derrotado por los hechos, además de la teoría. Si los trabajadores lo juzgan hoy duramente es por los resultados de su acción, por lo que él ha conseguido con sus negociaciones, sus maniobras y sus pactos: destruir el gremio metalúrgico convirtiéndolo en simple aparato, dividir la CGT, quebrar la confianza de los trabajadores en sus dirigentes, retrotraer el movimiento obrero a 1943.”
  • “Es bueno, sin embargo, que los trabajadores aprendan a reconocer las ideas que conducen a esos hechos, y que sepan también que las ideas no son inocentes, que el desprecio por la ideología de la clase obrera es una promesa segura de traiciones, y que las traiciones no se consuman porque sí, sino en pago de algo.”
  • “No se trata, por supuesto, que el sistema, el gobierno, la justicia sean impotentes para esclarecer este triple homicidio. Es que son cómplices (...) encubridores de los asesinos. Sin duda ellos disponen de la misma evidencia que yo he publicado y que en otras circunstancias servirían para encarcelar a Vandor y sus guardespaldas. Si no lo hacen es porque vandor les sirve. Y si Vandor les sirve es, entre otras cosas, porque ésa amenaza está pendiente sobre él”.




FICCIONES (1944) de Jorge Luis Borges

Una de las obras más reconocidas de Borges, en la cual confluyen 2 libros en uno: El jardín de senderos que se bifurcan (1941) y Artificios (1944); y no estaría de más aclarar que esta colección de cuentos (de corte policial, imaginarios y fantásticos), ha colocado al autor en un primer plano de la literatura universal. Aquí algunas frases extraídas:

·        “… los espejos y la cópula son abominables, porque multiplican el número de los hombres.”
·        “… una de esas amistades inglesas que empiezan por excluir la confidencia y que muy pronto omiten el diálogo.”
·        “…llega a negar el tiempo: razona que el presente es indefinido, que el futuro no tiene realidad sino como esperanza presente, que el pasado no tiene realidad sino como recuerdo presente.”
·        “Todo hombre debe ser capaz de todas las ideas y entiendo que en el porvenir lo será.”
·        “… el hecho estético no puede prescindir de algún elemento de asombro y que asombrarse de memoria es difícil.”
·        “… estaba aclimatado en el fracaso…”
·        “A la desaforada esperanza, sucedió, como es natural, una depresión excesiva.”
·        “Después reflexioné que todas las cosas le suceden a uno precisamente, precisamente ahora. Siglos de siglos y sólo en el presente ocurren los hechos…”
·        “Preveo que el hombre se resignará cada día a empresas más atroces; pronto no habrá sino guerreros y bandoleros; les doy este consejo: ‘El ejecutor de una empresa atroz debe imaginar que ya la ha cumplido, debe imponerse un porvenir que sea irrevocable como el pasado’.”
·        “Pensé en un laberinto de laberintos, en un sinuoso laberinto creciente que abarcara el pasado y el porvenir…”
·        “… todo lo abandonó para componer un libro y un laberinto (…) Todos imaginaron dos obras; nadie pensó que libro y laberinto eran un solo objeto (…) el hecho puede haber sugerido a los hombres un laberinto físico (…) la confusión de la novela me sugirió que ése era el laberinto (…) se había propuesto un laberinto que fuera estrictamente infinito…”
·        “Lo cierto es que vivimos postergando todo lo postergable…”
·        “Había cursado con fervor y con vanidad casi todas las páginas de no sé qué manual comunista; el materialismo dialéctico le servía para cegar cualquier discusión (…) no discutía: dictaminaba con desdén y con cierta cólera.”
·        “Todo era vasto, pero al mismo tiempo era íntimo y, de alguna manera, secreto. En el campo desaforado  (…) la soledad era perfecta y tal vez hostil…”




 REBELIÓN EN LA GRANJA (1945) de George Orwell
 
¿Puede una fábula recrear una parte de la historia reciente de la humanidad sin perder su condición de fábula? ¿Puede ése libro mostrarnos una visión –de las tantas que hay- de los hechos, sin nombrar nunca ése hecho ni sus protagonistas reales y concretos? ¿Podríamos darnos cuenta de la magnitud de Rebelión en la granja, sin haber vivido, leído o escuchado sobre esa porción de nuestra historia?
Muchas son la preguntas, pero lo mejor son las alegorías y las metáforas utilizadas por el autor, George Orwell, para contarnos desde su punto de vista los hechos ocurridos en el gobierno comunista ruso en la primer mitad del siglo XX. Orwell era un socialista democrático totalmente crítico de los comunistas soviéticos. Muere en 1950. En 1971 se encontró un Prólogo de Rebelión en la granja titulado “Libertad de Prensa”, en donde Orwell detalla ciertas anécdotas para la publicación de su libro, habla de la cobardía intelectual, la censura voluntaria y del miedo de las editoriales a la opinión pública.[1]
Pero la obra no se queda sólo aquí -en la crítica  satírica a la tiranía soviética en tiempos de Stalin- sino que habla directamente sobre las miserias del poder, el acceso a la corrupción en todas las escalas y los maltratos al interior de un grupo de pertenencia. Repasemos algunas de las metáforas que utiliza para describir la situación:
· Los Humanos son los capitalistas, o El capital en sí.
· El Cerdo Mayor –que muere a los pocos días de dar el discurso que abre el libro- podría ser tranquilamente Lenin o Karl Marx. Los ideales, el ideólogo de la revolución e impulsor del anti-capitalismo. Marx murió antes de la revolución rusa, y Lenin poco tiempo después.
· El Cerdo Snowball sería Trotsky. El personaje que lleva adelante las palabras de Cerdo Mayor en un primer momento, y que rivaliza con otro cerdo (Cerdo Napoleón) por ser la cabeza de la rebelión-revolución.
· El Cerdo Napoleón cumple el papel de Stalin, con políticas de restricción de libertades a sus camaradas, la disputa con el otro cerdo por el poder, y el incentivo para echar y exiliar de la Granja Animal a Snowball.
· El Cerdo Squealer representa a la Prensa de la Unión Soviética. La función de este cerdo era informar y convencer sobre las decisiones tomadas por el cerdo Napoleón.
· Las Ovejas, totalmente acríticas con la situación en la granja, podrían ser el Campesinado. Siguen al rebaño, sin importar lo ocurrido.
· El Caballo Boxer podría ser el Proletariado. Convencido de llevar adelante la rebelión-revolución, a pesar de dudar de Napoleón y de ser traicionado en sus ideales.
· El Burro Benjamín sería la clase intelectual, porque poco a poco se da cuenta de las manipulaciones impuestas, pero no hace nada concreto por modificarlas, sólo se preocupa en las palabras sin llegar definitivamente a la acción.
· El Cuervo Moses representa a la Iglesia. A los animales les habla del Cielo, y en contrapartida –por su labor de apaciguamiento- recibe un trato favorable por parte de los humanos.
· Los Perros representan a la Policía Secreta de la Tiranía Stalinista. Son los encargados de expulsar a Snowball (Trotsky) y de acechar y asesinar a los que estén en desacuerdo con las ideas de Napoleón (Stalin).
Ahora les dejo un extracto del discurso inicial de “Rebelión en la granja”, en la voz de Mayor, el cerdo que podría ser Lenin o Marx; con algunas frases muy claras al respecto de este libro:
“¿Cuál es la realidad de esta vida nuestra? Encarémonos con ella: nuestras vidas son tristes, fatigosas y cortas. Nacemos, nos suministran la comida necesaria para mantenernos y a aquellos de nosotros capaces de trabajar nos obligan a hacerlo hasta el último átomo de nuestras fuerzas (…) La vida de un animal es sólo miseria y esclavitud; ésta es la pura verdad. Pero, ¿forma esto parte realmente, del orden de la naturaleza? (…) ¿Por qué, entonces, continuamos en esta mísera condición? Porque los seres humanos nos arrebatan casi todo el fruto de nuestro trabajo. Ahí está, camaradas, la respuesta a todos nuestros problemas. Todo está explicado en una sola palabra: el Hombre. El hombre es el único enemigo real que tenemos. Haced desaparecer al hombre de la escena y la causa motivadora de nuestra hambre y exceso de trabajó será abolida para siempre. El hombre es el único ser que consume sin producir (…) Sin embargo, es dueño y señor de todos los animales. Los hace trabajar, les da el mínimo necesario para mantenerlos y lo demás se lo guarda para él (…) ¿No resulta entonces de una claridad meridiana, camaradas, que todos los males de nuestras vidas provienen de la tiranía de los seres humanos? Eliminad tan sólo al Hombre y el producto de nuestro trabajo nos pertenecerá (…) Entonces, ¿qué es lo que debemos hacer? ¡Trabajar noche y día, con cuerpo y alma, para derrocar a la raza humana! Ése es mi mensaje, camaradas: ¡Rebelión! (…) Y recordad, camaradas: vuestra voluntad jamás deberá vacilar. Ningún argumento os debe desviar. Nunca hagáis caso cuando os digan que el Hombre y los animales tienen intereses comunes, que la prosperidad de uno es también la de los otros. Son mentiras. El Hombre no sirve los intereses de ningún ser exceptuando los suyos propios (…) Y recordad también que en la lucha contra el Hombre, no debemos llegar a parecernos a él. Aun cuando lo hayáis vencido, no adoptéis sus vicios. Y, sobre todas las cosas, ningún animal debe tiranizar a sus semejantes. Débiles o fuertes, listos o ingenuos, todos somos hermanos. Ningún animal debe matar a otro animal. Todos los animales son iguales.

Extracciones: EL TÚNEL (1948) de Ernesto Sábato


De la novela que cuenta cómo Juan Pablo Castel es asediado por el amor y la muerte con una imperceptible frontera, y se mete dentro de sus oscuros pensamientos tan llenos de locura, celos y mentira; a continuación leerán algunas frases resaltadas y recomendadas:


• “…Mi cabeza es un laberinto oscuro. A veces hay como relámpagos que iluminan algunos corredores…”


• “…Si pudiera decir con palabras claras lo que siento, sería casi como pensar claro. ¿No es cierto?...”


• “…me emocionan los detalles, no las generalidades…”


• “…María hace con rapidez, cosas que no cambian la situación. Como alguien que estuviera parado en un desierto y de pronto cambiase de lugar con rapidez…”


• “…No se resuelve el problema del mendigo con un peso o un pedazo de pan. Sólo resuelve el problema psicológico del señor que compra así, su tranquilidad espiritual y su título de generoso. Júzguese hasta que punto ésa gente es mezquina cuando no se decide a gastar mas de un peso por día para asegurar su tranquilidad espiritual y la idea reconfortante y vanidosa de su bondad…”


• “…Es curioso, pero vivir consiste en construir futuros recuerdos…”


• “…por su rostro comenzaron a caer lágrimas silenciosas…”


• “…No te pongas aburrido, por favor. ¿Cuándo aprenderás a disimular tus conocimientos?...”


• “…iba haciéndome a la idea de aceptar su amor así, sin condiciones, y más me iba aterrorizando la idea de quedarme sin nada. Y de ese terror fue naciendo y creciendo una modestia como sólo pueden tener los seres que no pueden elegir…”


• “…No sé cuánto tiempo pasó en los relojes, de ese tiempo anónimo y universal de los relojes, que es ajeno a nuestros sentimientos; a nuestros destinos…”

Extracciones:LOS PREMIOS (1960) de Julio Cortázar


Estas son algunas frases extraídas de la novela que cuenta un par de días en la vida de los ganadores de un viaje de placer, que rápidamente se ven envueltos en un misterio disparatado:


•“…cuando a uno lo sacan de sus hábitos, es como el pescado fuera del agua…”


•“…Hay casi una perfección en la forma en que actúan dentro de sus posibilidades, sin la menor sospecha de que el mundo sigue mas allá de los tangos y de Racing…”


•“…Dispongo de una serie de respuestas: para los días de sol, para las noches de tormenta…una surtida colección de máscaras y detrás, creo, un agujero negro…”


•“…Oh, las máscaras. Uno tiende siempre a pensar en el rostro que esconden, pero lo que cuenta es la máscara, que sea ésa y no otra. Dime qué máscara usas y te diré que cara tienes…”


•“…La historia humana es la triste resultante de que cada uno mire por su cuenta…”


•“…por mi parte no sólo no tengo acciones sino que casi no las cometo. Vivo en inacciones…”


•“…y tenía una incómoda inconciencia de ser mirado y no estar a la altura de esos ojos fijos…”


•“…Estamos en un zoológico en donde no somos visitantes…”


•“…decía tales cosas que yo las anotaba para mostrárselas a la mañana. ¿Porqué asustarlo con ese espejo inesperado? Tenemos tanto miedo a las irrupciones, a que se nos pierda el precioso yo de cada día…”


•“…Todo se convierte en puro futuro, de golpe hay que ponerse a vivir para y por el futuro…”


•“…No hay como la excesiva claridad para dejarlo a uno ciego…”


•“…Ah, no empecés con el catálogo de tus exigencias…”


•“…Sos mas sensata hablando de literatura que de sentimientos…”


•“…con un gesto en el que la torpeza se aliaba a una fuerza considerable…”


•“…La física es ilusoria, una cosa es que vos estés cerca de mi, y otra… Las cintas métricas se hacen pedazos cuando uno pretende medir cosas como estas…”


•“…Una ausencia eternamente presente, una carencia llenando el corazón y los sentidos, un vacío infinito en el que ella caería con todo el peso de su vida…”


•“…-¿No le tenés respeto a la muerte, vos?
-La muerte no me va a tener respeto a mi…”