martes, 19 de abril de 2011

Ayer, hoy y mañana



Hasta ayer, todo era maravilloso.
Cada vez que te miraba,
sonreías con una dulzura singular.
Pero yo prefería acallar mis impulsos.

Hasta ayer, nuestras voces se entrelazaban
en una danza perfectamente coordinada;
en donde cada palabra era un mundo único.
Pero yo censuraba mis emociones.

Hasta ayer, tu piel rozaba la mía,
tu mano me envolvía y me protegía;
y todo era bello y natural.
Pero yo esquivaba con ímpetu mis deseos.

Hasta ayer, la noche y el día eran uno;
como vos y como yo, como nuestra amistad;
en donde la confianza era total.
Pero yo no dejaba nada librado al azar.

Hoy no dejo de pensar en vos,
pero es diferente a cualquier otro día,
porque el nudo en la garganta y la piedra en el estómago
intentan, en vano, calzarse el disfraz del temor.

Pero hoy estoy viendo el ayer,
y puedo hablar de ése pasado.
Porque al pararme aquí, puedo ver el mañana.
Y me sonríe, y yo sonrío

Y ése intento de negación y ocultamiento
Que hoy esperaba ahuyentar y espantar mis emociones;
Esta vez fallará, y lo hará para siempre,
porque hoy no es cualquier día.

Mañana haré lo que hoy evito, pero anhelo.
Mañana buscaré lo que adrede ayer olvidaba
Mañana no será como ayer ni como hoy,
Sino que será el futuro, será un mañana

Mañana enfrentaré todos mis miedos
y no bajaré en ningún momento la mirada.
Mañana juntaré valor dejando a un lado el temor,
y al tomar tu mano te diré: Te amo.
CÉSAR EDERY