martes, 12 de febrero de 2013

Extracciones ¿QUIÉN MATÓ A ROSENDO?

¿Quién mató a Rosendo? (1969) de Rodolfo Walsh


Rodolfo Walsh vuelve a levantar la bandera del Nuevo Periodismo investigando y desentrañando los sucesos internos del sindicalismo peronista en las décadas que siguieron a la Revolución Libertadora. El hecho de los asesinatos en la confiteria Real en Avellaneda es el punto en el cual se basa el autor para hacer un recuento de cómo se manejaba la cúpula de la CGT -con Augusto Timoteo Vandor a la cabeza- tanto en épocas democráticas o de dictadura en Argentina. También da cuenta sobre los inicios de la burocracia sindical con relación estrecha con los empresarios; y el pensamiento revolucionario peronista que comenzaba a gestarse en esos años. A continuación algunos párrafos interesantes del libro:

  • “Raimundo se acuerda (...) Cuando el plenario nacional levanto la huelga, volvió a su fábrica (...) resulta que adentro de la fábrica me estaba esperando el principal Plomer. Stuvo allí toda la noche (...) bajaron otros dos con ametralladoras, y el rpeso fui yo. Catorce días incomunicado (...) Diez días en Olmos. Cuando el oficial me dio la libertad, me dijo: 'Espero no verlo más por acá'. Y yo le dije: 'En cada huelga que haya, nos va a encontrar siempre'”.
  • “Adonde nunca pudo volver, fue al sindicato. 'Parece increíble, pero ahí nos persiguieron más que los patrones. Ninguno de los que dirigimos aquella huelga en Avellaneda pudimos volver al sindicato. Se convirtió en una maffia (...) Los dirigentes hacían negocios de chatarra con los patrones, con el argumento del comunismo expulsaban del sindicato y las empresas a los obreros combativos, amasaban fortunas, se rodeaban de matones a sueldo. Entonces sí, oímos hablar de Vandor'.”
  • Raimundo Villaflor en referencia a Domingo 'El Griego' Blajaquis: “Porque él nos sacó todos esos berretines que teníamos, de ser peronistas por el hecho de serlo, y no comprender que el peronismo es un movimiento parecido al de otros pueblos que luchan por su liberación. Él no, él siempre fue un revolucionario, siempre tuvo una concepción del destino de la clase trabajadora. Y él nos explicó las causas por las que estabamos derrotados, el papel del imperialismo, el papel de la oligarquía, y el papel de la burocracia en el peronismo: esos recitadores de los días de fiesta. Aprendimos lo que significaban los movimientos de liberación en el resto del mundo, y porqué nosotros teníamos que desembocar en un movimiento de liberación. Una vez que se abraza la concepción revolucionaria, ya no se la abandona más.”
  • “...hizo la riqueza de pocos y la miseria de tantos.”
  • “Claro, vos me decís así, dice, porque vos todavía nos comprendes lo que es luchar por un ideal. Y tenía razón el Griego. Tenía razón, porque un idealista, la mayoría de las veces, no llega a ver sus aspiraciones concretadas, se muere en la pelea y no tiene nada. Y esas son cosas muy grandes para los hombres.”
  • “...había querido salvarse solo, y no hay salvación individual, sino del conjunto.”
  • En algún momento le pareció que comprendía la esencia del poder: ese punto de equilibrio en que nadie hace su voluntad, pero el más hábil opera con la voluntad ajena.”
  • “Diez años de paciencia, de tejer y destejer alianzas, de empollar en el campo adversario, de convertir derrotas de los suyos en victorias para sí. 'El má s hábil negociador sindical'; 'Un sindicalista de ideas populares que sabe trabajar con la derecha y frecuentar la embajada de los estados Unidos': son algunas entre los centenares de frases acuñadas por un periodismo que lo convierte en vedette, en mito (...) 'Todo confluye en Vandor'. El sistema lo ha aceptado plenamente...”
  • “Ahora su enemigo se llama Perón (...) Quizá el choque venga de antes, del fracaso de la Operación Retorno, un buzón que el vandorismo le ha vendido al general (...) lo que está en juego es todo el aparato partidario.”
  • “...con esa humildad de todos los humildes, que les parece que siempre piden mucho...”
  • Escribe Raimundo Villaflor: “Y es cierto, nunca tuvo nada, ni llegó a nada en el sentido que los burgueses dan a ese concepto. Porque un auténtico revolucionario, no llega a nada hasta que destroza el régimen corrompido y parasitario que nos explota e instaura una nueva sociedad (...) tuvo también claridad para comprender con mucha anticipación como la burocracia se transformaba en dique de contención de las masas...Ese era Domingo Blajaquis, nuestro griego, la muerte lo sorprendió trabajando por el pueblo trabajador (...) tratando de quebrar ese cerco de hielo e insensibilidad de la burocracia traidora. No murió peleando, murió asesinado a mansalva. Pero no es un mártir, es un héroe. Fue un militante más del ejército invencible del pueblo trabajador, fue un auténtico revolucionario.”
  • “El acuerdo de 1959 fue presentado a las bases metalúrgicas como un triunfo. La derrota estaba en sus cláusulas no escritas, la alianza de hecho entre empresas y dirigentes. La industria (...) debía seguir un curso monopolista: concentración de empresas, liquidación de talleres chicos, aumento de la productividad, ganancias rápidas. El vandorismo accedió a todo esto y las consecuencias resultaron graves no sólo para los trabajadores.”
  • “Para los trabajadores, el cierre de una pequeña fábrica es un desastre: se bajan las persianas y a cantarle a Gardel. No hay preaviso, no hay despido, no hay indemnización (...) En las grandes empresas, en cambio el despido es selectivo. Se echa a los más combatientes, previamente calificados de 'comunistas' o de peronistas revolucionarios. Se disuelven las comisiones internas, si es necesario se las compra...”
  • “¿Adónde pueden protestar los trabajadores? Al sindicato. Pero allí también fastidian, allí también cuestionan, allí también resultan 'comunistas'. Patrones y dirigentes han descubierto al fin que tienen un enemigo común: esa es la verdadera esencia del acuerdo celebrado por el vandorismo con las federaciones industriales.”
  • “... el gremio se convierte en aparato. Todos sus recursos, económicos y políticos, creados para enfrentar a la patronal, se vuelven contra los trabajadores. La violencia que que se ejercia hacia afuera, ahora se ejerce hacia adentro. Al principio el aparato es la simple patota (...) A medida que las alianzas se perfeccionan, a medida que el vandorismo se expande a todo el campo gremial y disputa la hegemonía política, el aparato es todo: se confunde con el régimen, es la CGT y la federación patronal, los jefes de policía y el secretario de Trabajo, los jueces cómplices y el periodismo elogioso.”
  • “-Si me saco la camiseta peronista, pierdo el gremio en una semana. Con esta frase resumía Vandor en 1965 una de las claves de su ascenso: era posible negociar en secreto con los empresarios, 'ser un patrón', siempre ques e afirmara en público la lealtad al sentimiento de las clases populares.”
  • “El peronismo por otra parte sigue ligado al recuerdo de tiempos más felices, al mito del regreso que torna discutible en última instancia cualquier jefatura local. Vandor concibe entonces su maniobra más audaz: demostrar que ese regreso es imposible.”
  • “Ya hemos visto cómo se jugó la partida: Vandor gana en la CGT, perón en el partido. El golpe de Onganía desempata a favor del dirigente metalúrgico: ya no hay partidos, ni parlamentos, ni elecciones.”
  • “...la burguesía no tiene nada que temer de Vandor. Lo que él pretende es que las cosas mejoren dentro del Sistema, llegar a un arreglo 'permanente' (...) La comunidad capitalista no aparece cuestionada, la lucha de clases no es reconocida, la 'paz social' debe mantenerse, se quiere ser 'factor de poder' y no tomar el poder.”
  • “...Vandor es derrotado por los hechos, además de la teoría. Si los trabajadores lo juzgan hoy duramente es por los resultados de su acción, por lo que él ha conseguido con sus negociaciones, sus maniobras y sus pactos: destruir el gremio metalúrgico convirtiéndolo en simple aparato, dividir la CGT, quebrar la confianza de los trabajadores en sus dirigentes, retrotraer el movimiento obrero a 1943.”
  • “Es bueno, sin embargo, que los trabajadores aprendan a reconocer las ideas que conducen a esos hechos, y que sepan también que las ideas no son inocentes, que el desprecio por la ideología de la clase obrera es una promesa segura de traiciones, y que las traiciones no se consuman porque sí, sino en pago de algo.”
  • “No se trata, por supuesto, que el sistema, el gobierno, la justicia sean impotentes para esclarecer este triple homicidio. Es que son cómplices (...) encubridores de los asesinos. Sin duda ellos disponen de la misma evidencia que yo he publicado y que en otras circunstancias servirían para encarcelar a Vandor y sus guardespaldas. Si no lo hacen es porque vandor les sirve. Y si Vandor les sirve es, entre otras cosas, porque ésa amenaza está pendiente sobre él”.