miércoles, 20 de noviembre de 2013

Extracciones LA INVENCIÓN DE MOREL



La invención de Morel (1940) de Adolfo Bioy Casares


      La literatura fantástica argentina tiene en éste texto uno de sus mayores exponentes, en donde el personaje principal escapando de la justicia, llega a una isla -aparentemente- desierta. Los movimientos, los sucesos y las personas que empiezan a aparecer en el relato, sumado al misterio y las alucinaciones que le generan al fugitivo, hacen de esta obra única y primordial. Aquí algunas extracciones:

·         “Creo que perdemos la inmortalidad porque la resistencia a la muerte no ha evolucionado; sus perfeccionamientos insisten en la primera idea, rudimentaria: retener vivo todo el cuerpo. Sólo habría que buscar la conservación de lo que interesa a la conciencia.”
·         “No ignoro que para contrarrestar una falla, solamente cuento con mi resignación.”
·         “…los ecos de un suspiro hacen oír suspiros, al lado, lejanos, durante dos o tres minutos. Donde no hay ecos el silencio es tan horrible como ese peso que no deja huir, en los sueños.”
·         “No fue como si no me hubiera oído, como si no me hubiera visto; fue como si los oídos que tenía no sirvieran para oír, como si los ojos no sirvieran para ver.”
·         “Se movió con esa libertad que tenemos cuando estamos solos…”
·         “Por ese cuerpo interminable, por esas piernas demasiado largas, por esa tonta sensualidad, yo exponía la calma, el Universo, los recuerdos, la ansiedad…”
·         “Nuestros hábitos suponen una manera de suceder las cosas, una vaga coherencia del mundo…”
·         “Creerme superior y la convicción de que es más fácil enamorar a una mujer que fabricar cielos me aconsejaron obrar espontáneamente.”
·         “Acostumbrado a ver una vida que se repite, encuentro la mía irreparablemente casual. Los propósitos de enmienda son vanos: yo no tengo próxima vez, cada momento es único, distinto, y muchos se pierden en los descuidos.”
·         “Es ya costumbre de mis teorías más lúcidas deshacerse al día siguiente, quedar como pruebas de una combinación asombrosa de ineptitud y entusiasmo (o desesperación).”