se mezclan con las de él.
Ella lo abraza bien fuerte
pensando en su frágil corazón.
El desahoga su alma,
pero se siente más sólo que nunca.
Ya nada será igual
y lo que era todo, ahora es nada.
Sus sentidos siguen ausentes,
y su mente flota sin destino.
Ella ha perdido a su amor.
El siente que perdió el amor.
Ningún beso ni palabra alguna
podrán siquiera sanar su corazón.
El dolor está en sus ojos,
y saben… el dolor es el adiós.
CÉSAR EDERY